Expertos en Inmunoterapia Adoptiva se reúnen en dos jornadas científicas durante los días 10 y 11 de noviembre en el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, en Valencia, para debatir sobre los avances de la Inmunoterapia Adoptiva en enfermedades hematológicas y en el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos.

Las jornadas abarcarán dos programas científicos: “Inmunoterapia Adoptiva en enfermedades hematológicas” e “Inmunoterapia Adoptiva en el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos”, las cuales serán presentadas por el Dr. Miguel Sanz, responsable del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario La Fe de Valencia, quien destaca la importancia que ha ido adquiriendo en los últimos años esta modalidad de tratamiento del cual se espera que en los próximos años se sigan beneficiando un alto porcentaje de pacientes.

 “La activación del sistema inmunitario para el tratamiento del cáncer y de diversa enfermedades infecciosas ha sido durante mucho tiempo un objetivo prioritario de la inmunología, la oncología y la hematología”, señala el Dr. Miguel Sanz. “En los últimos, gracias a los avances en inmunología, genómica y terapia celular, la inmunoterapia se ha convertido en un campo en rápida expansión que aporta soluciones que están alargando la supervivencia de los pacientes y, en numerosos casos, conseguir su curación”, resalta el especialista.

Otro punto importante que será abordado en las jornadas está relacionado con la experiencia preliminar que registrada con inhibidores del punto de control inmune en neoplasias hematológicas, tema del que hablará el Dr. Guillermo Sanz, especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario La Fe de Valencia, quien subraya que “se trata de un camino que apenas se está comenzando a andar”.

Las células tumorales son capaces de perturbar el trabajo de los linfocitos T, nuestro mecanismo de defensa natural más importante frente al cáncer. Estos fármacos bloquean esta acción y permiten que se active de nuevo”, explica el Dr. Guillermo Sanz, al añadir que “en diversos tumores sólidos, quizás el caso paradigmático es el melanoma –pero hay muchos más ejemplos--, su empleo ha demostrado mejorar dramáticamente la supervivencia de los pacientes”.

Como ejemplo, el Dr. Guillermo Sanz ha mencionado el uso nivolumab (Opdivo) en Hematología por ser “uno de los más desarrollados”, el cual “ha mostrado respuestas espectaculares en enfermos con linfoma de Hodgkin y en la actualidad se están desarrollando ensayos clínicos en múltiples neoplasias hematológicas”.

Por su parte, el Dr. Julio Delgado, especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Clínico de Barcelona, hace hincapié en los beneficios de la inmunoterapia con células CAR-T en pacientes con LLA y recuerda que sus beneficios se pueden extender a otro tipo de tratamientos.

La terapia con CART-19 podría ser beneficiosa para todos los pacientes con neoplasias CD19 positivas. Esto incluye todas las leucemias linfoides B --no sólo la linfoblástica aguda, sino también la linfocítica crónica-- y todos los linfomas no-Hodgkin B”, subraya el Dr. Julio Delgado, quien añade que “los CART pueden ir dirigidos a cualquier otra diana y de hecho se están ensayando CART anti-CD30 en linfoma de Hodgkin, anti-BCMA en mieloma múltiple, etc.”.

La importancia de la Inmuno-Oncología en el transplante alogénico de progenitores hematopoyéticos

Durante las jornadas, los ponentes profundizarán en temas como: el manejo de las toxicidades de la inmunoterapia adoptiva en las enfermedades hematológicas y su importancia en pacientes sometidos a trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos, que serán abordados por el Dr. Juan Montono, especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario La Fe de Valencia.

A este respecto, el Dr. Juan Montoro explica que “tras el trasplante alogénico, el estado de inmunosupresión considerable en estos pacientes ha cambiado el espectro de la enfermedad infecciosa, que se refleja tanto en la presentación anormal, en el aumento de la severidad de enfermedades establecidas tales como la infección por Citomegalovirus y en la identificación de organismos, como Pneumocystis jirovecii, que previamente no han sido reconocidos como patógenos humanos”.

Esto quiere decir que existe “un periodo considerable de tiempo, de 3 a 6 meses, durante el cual el paciente tiene una deficiencia severa en la inmunidad de células T y por lo tanto es susceptible a una amplia gama de infecciones clínicas”, explica el Dr. Juan Montoro, quien alerta de que “a pesar de las mejoras en el manejo y tratamiento de estas infecciones, este estado de inmunosupresión sigue siendo una causa significativa de morbilidad y mortalidad en estos pacientes”. Finalmente destaca que “estas observaciones han tenido como consecuencia un mayor interés y esfuerzo en reconstituir el sistema inmunitario y proporcionar una protección fisiológica contra la infección infundiendo directamente las células T en el paciente, en un procedimiento conocido como transferencia adoptiva”.

Otro de los asuntos que serán explicados durante los programas científicos será los beneficios que aportaría la creación de un banco público de linfocitos T contra diferentes virus a los pacientes sometidos a un trasplante, ya sea de médula ósea o de cualquier órgano sólido, como hígado o corazón. Sobre este punto en concreto, el Dr. Joan García, Director de Investigación y Docencia de la Cátedra de Medicina Transfusional Celular y Tisular del Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona, resalta que “la creación de un registro de donantes apropiados y un banco público de células obtenidas a partir de sus linfocitos pondría al alcance de los equipos de trasplante un instrumento de primera línea para tratar o incluso prevenir las infecciones que ponen en peligro la vida de miles de pacientes cada año”.

El Dr. Joan García explica que “los pacientes que reciben un trasplante, ya sea de médula o de un órgano sólido, como hígado o corazón, reciben tratamientos inmunosupresores que reducen sus defensas ante agentes infecciosos durante periodos de tiempo que pueden ser de meses o incluso de años”. Todo ello hace que “con cierta frecuencia sufran infecciones producidas por virus, entre otros patógenos, que ponen en peligro su vida o, como mínimo, motivan largos ingresos hospitalarios y costosos tratamientos”, subraya.

En este sentido --agrega el Dr. Joan García— “el tratamiento con los medicamentos habituales solo puede controlar una parte de estas infecciones, mientras que el resto sólo podrían ser controladas mediante terapias celulares que devuelvan al paciente trasplantado su capacidad de luchar contra ellas”. Sin embargo, el especialista recuerda que “hoy en día, la investigación avanzada ha hecho posible que, con la ayuda de células muy concretas de donantes voluntarios compatibles (linfocitos específicos contra virus), podamos retornar a los pacientes trasplantados su resistencia a las mencionadas infecciones”.

Por las razones antes expuestas, el Dr. Joan García considera importante la creación la creación de un registro de donantes apropiados y un banco público de células obtenidas a partir de sus linfocitos, aunque aclara que “para llegar a este punto hará falta un importante esfuerzo comunitario para analizar y seleccionar los donantes apropiados entre miles de candidatos y para obtener su consentimiento y cultivar sus células para convertirlas en un preciado medicamento”.

Aportaciones de la tecnología BiTE y otras similares en los tratamientos para pacientes con cáncer

La tecnología BiTE, esta nueva herramienta en la terapia contra el cáncer, es uno de los temas que se debatirán en las jornadas en Valencia de la mano del Dr. Manuel Direito de Morais Guerreiro, especialista del Departamento de Hematología Clínica del Hospital São João, en Portugal, quien la define como una “manera eficaz para despertar y re-dirigir el sistema inmune del paciente contra el cáncer”.

La tecnología BiTE se compone de un anticuerpo exquisito como una molécula que tiene dos lados de unión. Un lado se une a un tipo de nuestras células inmunes (células T) y la otra a la superficie de la célula tumoral. BiTE los une y esta proximidad activa la célula T que acaba con su objetivo”, detalla el Dr. Manuel Direito de Morais Guerreiro.

De esta manera, destaca que el “Blinatumomab fue el primer BiTE aprobado para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda que no responden o recae después de la quimioterapia y que tiene además resultados alentadores”. Y añade: “En una parte importante de los pacientes no había evidencia de enfermedad después del tratamiento con BiTE, lo que les permitió recibir un trasplante de médula ósea para consolidar las respuestas a la terapia, sin embargo, se observaron algunas recaídas, especialmente si no se suministraba ningún tratamiento adicional”.

Lo explicado anteriormente –puntualiza el Dr. Manuel Direito de Morais Guerreiro—sugiere que “BiTE es un enfoque adecuado pero como un solo fármaco, por lo menos, para disminuir la carga de morbilidad y la conexión (ganar tiempo) hasta el siguiente enfoque terapéutico que sea suministrado”. Es por este motivo que el especialista considera que para algunos pacientes el BiTE es la “solución definitiva, pero para la mayoría es únicamente otra arma importante en su lucha contra el cáncer”.

No obstante, el Dr. Manuel Direito de Morais Guerreiro reconoce que esta tecnología ha tenido sustanciales mejoras, ya que “al cambiar uno de los lados de esta moléculas es posible unir, en vez de la célula T, otra célula inmunológica (células aniquilantes naturales) que tiene un mayor potencial con la esperanza de aumentar las respuestas. Si el cambio es en el extremo que se une a la célula tumoral, es entonces posible apuntar no sólo a LLA sino también los linfomas, la Leucemia Aguda Mieloid y otras neoplasias no hematológicas malignas”.

 

Fuente: Cohn & Wolfe