En el proceso de una enfermedad mental, los pacientes necesitan sentirse escuchados y acompañados en todo el momento, y los profesionales de Enfermería especializados en salud mental pueden jugar un papel clave en este sentido, según se ha puesto de manifiesto en el ‘I Encuentro de Enfermería y Salud Mental’ organizado por Johnson & Johnson Innovative Medicine en Madrid.

“La Enfermería puede mejorar la calidad de los cuidados, no solo en torno al manejo de los trastornos, sino también en las actividades preventivas para fomentar el autocuidado real, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas, familias, grupos y comunidades”, ha explicado Paula Zurrón Madera, enfermera especialista en salud mental en el Centro de Salud Mental la Corredoria (Oviedo). Además, ha subrayado que “la enfermera especialista en salud mental interviene en todos los niveles de atención, desde la prevención, promoción y tratamiento hasta la recuperación de las personas”.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) , más de 300 millones de personas alrededor del mundo viven afectadas por depresión, un diagnóstico que puede afectar a personas de todas las edades, en cualquier momento de su vida. Unas cifras que también repercuten en los profesionales que atienden estos diagnósticos: “Desde Enfermería, al igual que en otros ámbitos, nos encontramos con un primer obstáculo que es el elevado número de pacientes, las listas de espera, la percepción de estar desbordadas y de llegar siempre tarde”, ha añadido por su parte Maria José Trigueros, enfermera en el Hospital Nuestra Señora del Prado en Talavera de la Reina (Toledo), quién ha recalcado a su vez que, “debemos trabajar más en programas de prevención reforzando servicios de Atención Primaria, incorporando servicios de salud mental en este primer nivel y permitiendo que las intervenciones (consultas y tratamiento) se puedan hacer con más tiempo, de forma más globalizada e integrada con el conjunto de factores que afecta a cada paciente: sociales, familiares, laborales, etc.”.

La depresión o la esquizofrenia son enfermedades en las que la labor de las enfermeras juega un papel crucial en la detección de la enfermedad, educar al paciente, concienciar y llevar a cabo los distintos protocolos que son necesarios para comprender la patología desde dentro. Para las propias enfermeras especialistas es esencial marcarse unos retos: “Nosotros, como profesionales especializados en salud mental, hemos avanzado como profesión, intentando no solo alcanzar la estabilización psicopatológica del paciente, sino tratando de que pierda mínimamente la funcionalidad, recuperar esas relaciones sociales, las actividades de ocio, que tenga una mínima afectación cognitiva, disminución de los efectos secundarios, trabajar en la prevención y/o tratamiento de toda la comorbilidad física, etc. En conclusión, nuestro desafío radica en no limitarnos a la mera supervisión de la sintomatología, sino en apoyar activamente al paciente en la construcción de un proyecto de vida significativo”, ha destacado Zurrón.

Salud mental: la importancia del trabajo multidisciplinar

Durante las distintas ponencias se han abordado otros aspectos clave en salud mental, como las claves de la rehabilitación psicosocial, el trabajo multidisciplinar, el futuro de la Inteligencia Artificial en Enfermería, los mitos en el cuidado de las personas con trastornos mentales graves o las distintas vías de comunicación en el entorno psiquiátrico, entre otras cuestiones.

En este sentido, durante el encuentro se ha hecho hincapié en la importancia que tiene el trabajo multidisciplinar tanto para los profesionales sanitarios como para los propios pacientes. Es en estos casos, la comunicación, la adaptación en el plano organizativo y el trabajo en conjunto (de ayuda, concienciación y motivación) con el paciente y sus familiares son claves para ayudarles a convivir con la patología. Así lo corrobora la enfermera Paula Zurrón, quien ha relatado que “desde Enfermería llevamos a cabo una labor ardua en la coordinación del trabajo multidisciplinar y mantenimiento de los cuidados entre los equipos de salud mental y en los distintos niveles de atención, lo cual es fundamental para evitar la falta de continuidad en el seguimiento de estas personas y, por ende, prevenir las recaídas”.

Además, hay que resaltar, cómo el área de Enfermería ha ido poco a poco acogiendo los nuevos avances y tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), permitiendo que los profesionales los adapten en su día a día con las personas con problemas de salud mental. En esta línea, Paula Zurrón, ha subrayado “hemos observado avances significativos en el ámbito farmacológico, con nuevas formulaciones y vías de administración que contribuyen a mejorar la estabilización clínica y la calidad de vida de las personas con enfermedad mental. El cambio hacia tratamientos con menos frecuencia de administración, nos permite abordar otros aspectos de la enfermedad de manera más efectiva”.

En estos casos, y según explica la enfermera “la incorporación de estas nuevas formulaciones añade un valor significativo al personal de enfermería, tanto en el abordaje farmacológico como en el no farmacológico, ya que nuestra especialidad desempeña un papel crucial en el manejo de estos tratamientos innovadores”.

Por su parte, Maria Jose Trigueros, ha concluido señalando que “todos los avances, sobre todo a nivel farmacológico, han supuesto en los últimos años una notable mejoría en la calidad de vida y salud de los pacientes”.

Fuente: BERBĒS