La fibromialgia (FM) es una enfermedad caracterizada por dolor músculoesquelético crónico generalizado y, entre otros aspectos, los afectados pueden sufrir fatiga, rigidez, problemas de sueño, ansiedad, depresión y dificultades cognitivas que empeoran el curso y la evolución de la enfermedad. Además, todavía hay un gran desconocimiento sobre las causas que provocan esta enfermedad que puede llegar a ser invalidante y afectar a la esfera biológica, psicológica y social, ocasionando un gran impacto en la vida diaria de las personas que padecen esta patología; así como un alto gasto sanitario ya que se estima que tiene una prevalencia del 2,4% de la población adulta, lo que supone cerca de 900.000 personas afectadas en nuestro país, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología.

En el marco del 50 Congreso Nacional de la SER, que se está celebrando en Maspalomas (Gran Canaria), ha habido una mesa redonda en la que se han actualizado algunos temas relacionados con la fibromialgia. En este sentido, la Dra. Paulina Cuevas Messenger del Servicio de Reumatología del Hospital Sant Pau i Santa Tecla de Tarragona, ha repasado los distintos mecanismos implicados en generar dolor en los pacientes que padecen enfermedades autoinmunes e inflamatorias. “Se ha observado que las mismas interleuquinas que se liberan en el proceso inflamatorio pueden activar a los nociceptores periféricos produciendo síntomas que pueden simular una fibromialgia, por ello tenemos que hacer una valoración más detallada de las características  del dolor,  ya que en este tipo de neuropatía hay fármacos que podríamos asociar de cara a mejorar la analgesia; mientras que en la fibromialgia  la terapia no farmacológica, principalmente el ejercicio, es lo que tiene mayor evidencia”, ha explicado.

Por otro lado, “hay un creciente interés respecto a la eficacia en tratar este dolor residual no inflamatorio de los tratamientos inmunomoduladores que pautamos, principalmente los FAMEb (biológicos) y FAMEd (sintéticos dirigidos) y aunque aún hay pocos estudios comparativos hay datos que sugieren mayor beneficio de algunos en este aspecto. Este hecho ha incentivado que con la Dra. Rodríguez nos planteemos iniciar un estudio, para aportar más evidencia al respecto”, ha señalado.

La relación de la fibromialgia y la microbiota intestinal

Por otra parte, el Dr. David Castro, reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real, ha explicado que “se está empezando a estudiar la posible relación de esta enfermedad con la microbiota intestinal, la cual influencia al cerebro de dos maneras: estimulando a los receptores de las células del epitelio intestinal o secretando metabolitos bacterianos como neurotransmisores y citoquinas. A su vez, el sistema nervioso central influye en la microbiota modificando los movimientos de nuestro tubo digestivo y provocando la secreción neuroendocrina para controlar a toda la población bacteriana que habita en nuestro aparato digestivo”.

"Si controlamos la flora bacteriana con la toma de paraprobióticos, que no dejan de ser unas células de microorganismos probióticos no viables o inactivadas, logramos mejorar esa relación entre la microbiota intestinal y el cerebro para reducir los signos y síntomas de los pacientes con fibromialgia”, según el Dr. Castro, quien advierte que “aunque el número de pacientes es muy bajo en este estudio, se observa, mediante un cuestionario de salud y calidad de vida (el SF-36), que los pacientes logran mejorar sus síntomas a pesar de lo que conlleva toda la esfera y carga de la enfermedad”.

"Por lo tanto, los paraprobióticos ofrecen una vía prometedora para el tratamiento de la fibromialgia, con beneficios potenciales en los síntomas físicos, emocionales y de calidad de vida de los pacientes, aunque para afirmar todo esto, se requiere de una mayor investigación clínica y científica para validar su eficacia en el manejo de la fibromialgia, así como para identificar posibles subgrupos de pacientes que puedan beneficiarse más”, ha constatado el especialista.

El ejercicio para los pacientes con fibromialgia

Por su parte, el ejercicio físico es un pilar fundamental para los pacientes con fibromialgia según diferentes estudios realizados. “El beneficio que un paciente con FM consigue realizando ejercicio físico es superior al que se obtiene con muchos de los fármacos que se utilizan para tratar esta enfermedad. La probabilidad de que haya una mejoría en la calidad de vida de estos pacientes está estrechamente relacionada con la realización de ejercicio físico regularmente”, ha resaltado el Dr. Javier Rivera, reumatólogo del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, que destaca también los beneficios de la campaña de la Sociedad Española de Reumatología, #Reumafit, a favor de la promoción de la práctica de ejercicio físico en los pacientes con enfermedades reumáticas.

Respecto al tipo de ejercicio adecuado para estos pacientes, se recomienda que sea aeróbico, mejor que los de elasticidad. Además, debe realizarse diariamente e incorporarlo a los hábitos saludables que el paciente realiza a diario. “Cualquier ejercicio aeróbico es válido, por lo que lo más aconsejable es que sea el propio paciente quien elija el tipo de ejercicio físico que le gusta realizar”, sostiene el Dr. Rivera.

Fuente: Sociedad Española de Reumatología (SER)