A estas conclusiones han llegado investigadores de un trabajo dirigido y coordinado por el Laboratorio de Antibióticos del Centro Nacional de Microbiología del ISCIII en el seno de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa (REIPI)2. El estudio desvela que la resistencia a la asociación de amoxicilina y ácido clavulánico (AMC) es, con alta frecuencia, un indicador de resistencia a múltiples antibióticos.

Sus conclusiones han sido publicadas en la prestigiosa publicación especializada Antimicrobial Agents and Chemotherapy. El trabajo pretendía averiguar si el empleo del antibiótico de amplio espectro más utilizado en España, la combinación de amoxicilina y ácido clavulánico (AMC), en episodios clínicos muy frecuentes en la población, podía dar lugar a la aparición de una serie de bacterias resistentes a AMC que acababan desplazando a las sensibles, es decir a aquellas a las que el antibiótico es capaz de frenar.

En este sentido, una de las infecciones más frecuentes en nuestro medio son las de piel y tejidos blandos. El principal patógeno responsable de estas infecciones es el Staphilococcus aureus y las infecciones más comunes son los abscesos, la celulitis, los forúnculos y la mastitis. Entre las alternativas disponibles para el tratamiento de estas infecciones, tenemos disponible un antibiótico específico. Se trata de la Cloxacilina, que por ser resistente a la penicilinasa estafilocócica que inactiva las penicilinas y resistente a la acción de jugos gástricos, la convierten en el antibiótico de elección en el tratamiento de este tipo de infecciones provocadas por S. aureus.

Actualmente, tenemos dos preparados comercializados en España con cloxacilina con la indicación autorizada para el tratamiento de este tipo de infecciones. Se trata de Orbenin® (presentación en cápsulas y en suspensión) y Anaclosil® (presentación en cápsulas) ambas marcas registradas, propiedad y comercializadas por Laboratorios Reig Jofre.

Referencias

1. Gómez J, García-Vázquez E, Hernández-Torres A. Los betalactámicos en la práctica clínica. Rev Esp Quimioter, 2015.

2. Centro Nacional de Microbiología. Instituto de Salud Carlos III. Antimicrobial Agents and Chemotherapy 2012

 

Fuente: IMC