El reciente caso de un paciente del Reino Unido que presentaba el peor caso de “supergonorrea”, resistente a los antibióticos habituales, ha reabierto el debate entre los expertos ante la necesidad de frenar las multirresistencias, en este caso en el campo de las infecciones de transmisión sexual.

 

Neisseria gonorrhoeae, también llamada habitualmente gonococo, es la bacteria responsable de una de las infecciones de trasmisión sexual más extendidas en todo el planeta, como es el caso de la gonorrea, una enfermedad que la Organización Mundial de la Salud estima que afecta a cerca de 80 millones de personas que son infectadas cada año en el mundo, especialmente en el grupo entre 15 a 50 años.

Según el presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), el doctor Ramón Cisterna, el caso del paciente del Reino Unido “demuestra no solo el gran impacto de esta bacteria, trasmitida sexualmente, sino además su gran capacidad de adaptarse a cualquier tipo de condición antibiótica, provocando la aparición de la multirresistencia que complica las opciones del tratamiento”.

En palabras de este experto, el origen de la multirresistencia en Neisseria gonorrhoeae no solo es propiciada por su gran adaptabilidad a medios hostiles como son los antibióticos, sino que además puede recibir información de otras bacterias para enseñarle cómo hacerse resistente: “La transmisibilidad de la resistencia es un hecho entre distintos tipos de bacterias como son otras neisserias que por ejemplo habitan normalmente en el tracto orofaringeo”.

En julio de 2017, la OMS ya advirtió de la resistencia cada vez mayor de la gonorrea a los antibióticos de primera línea que alcanzaban porcentajes del 97% en el caso de ciprofloxacino, 81% en azitromicina y 66% en cefixima o ceftriaxona.

“Numerosos antibióticos se han mostrado en un inicio eficaces contra esta bacteria pero han ido perdiendo actividad con el paso del tiempo”, explica el doctor Cisterna, quien asegura que hace algunos años se apreciaba una necesidad de mayor cantidad de antibiótico para acabar con la bacteria hasta que aparecieron los primeros casos de resistencias a azitromicina o ceftriaxona.

El paciente con el peor caso de gonorrea informado hasta el momento ha logrado curarse finalmente gracias a ertapenem, un antibiótico utilizado exclusivamente en el hospital para infecciones muy graves, pero recientemente han aparecido otros dos casos en Australia a los que todavía no se han encontrado antimicrobianos eficaces.

¿Cómo frenar los avances de las multirresistencias en las infecciones de transmisión sexual?

El aumento de los enfermos de gonorrea en el mundo se debe, según la OMS, al aumento de un comportamiento sexual inseguro, al incremento del turismo, a sistemas de detección poco efectivos y a tratamientos inadecuados que no acaban con el foco de la enfermedad.

En opinión del presidente de la AMYS, la prevención es clave así como la utilización de los antibióticos en los casos en los que sea estrictamente necesario y la vigilancia extrema del proceso infeccioso. En este sentido, la contribución de los expertos en Microbiología Clínica es básica en el diagnóstico y las posibilidades de tratamiento, un aspecto esencial si se tiene en cuenta los múltiples efectos sobre el organismo de estas enfermedades que van desde la faringitis o la clásica uretritis supurativa a cuadros de afectación más importantes en el caso de la mujer que puede sufrir la enfermedad pélvica inflamatoria, responsable de una de las causas de infertilidad más frecuentes de origen infeccioso.

 

 

Fuente: Berbés Asociados