¿Cómo entiende un niño lo que es el coronavirus? ¿Y cómo se le explica que no puede ver a sus abuelos, jugar con sus amigos en el parque o hacer cosas que hasta hace poco eran rutinarias? Alumnos de 2º curso del Ciclo de Grado Superior en Integración Social del Centro de Formación Profesional San Juan de Dios de Ciempozuelos, en Madrid, han escrito, como parte de su propio aprendizaje, diferentes cuentos o historias con el objetivo de explicar a niños de segundo ciclo de infantil (3 a 6 años) qué es la COVID 19 y cómo pueden protegerse y proteger a sus seres queridos.

El coordinador académico del ciclo y profesor del módulo de Apoyo a la Intervención Educativa, Rafael Navea, les dio como pautas que adaptaran el lenguaje al grupo de edad destinatario para que fuera comprensible y utilizaran los recursos que considerasen necesarios para acompañar la narración -imágenes, dibujos propios, infografías sencillas, colores...-, valorando la creatividad y claridad en los contenidos didácticos que se querían transmitir.

La implicación en esta actividad de todos los alumnos fue muy positiva desde el primer momento. Tenían que crear algo nuevo, propio a partir de los conocimientos que ya tenían sobre la enfermedad y aplicando una didáctica adaptada a un grupo de edad muy específico. “Los resultados -manifiesta Navea- superaron todas las expectativas, incluso para ellos mismos, que además fueron capaces de ponerse en el lugar de esos cientos de miles de niños y niñas viviendo una situación tan difícil”.

La figura del integrador social en los colegios

Como señala el coordinador del ciclo, la figura del integrador en los contextos escolares es esencial si apostamos por una escuela abierta e inclusiva encaminada a la formación integral de niños y niñas desde la diversidad. Por este motivo, se pensó que sería un buen ejercicio para trabajar algunos conceptos relacionados con las adaptaciones curriculares.

Rafael Navea explica que como docente de este ciclo hay ciertos conceptos que son innegociables: empatía, solidaridad, apoyo, conciencia. “Para mí -explica-, el integrador social tiene que ser la primera línea de choque contra la exclusión y nuestro trabajo consiste en mostrarles la realidad que se van a encontrar ahí fuera: discriminación, pobreza, colectivos marginados, estigma, carencias. La población infantil es una de las más vulnerables en momentos de crisis, por no hablar del impacto psicológico que ha supuesto para los más pequeños tener que renunciar a sus rutinas, sus juegos, el contacto con sus amigos, incluso la pérdida de seres queridos…”.

Por este motivo, Navea ha investigado sobre el valor terapéutico del cuento para comprender y aceptar las situaciones., una técnica que se suele utilizar en psicoterapia y su objetivo es que del mero alivio por la exteriorización de sentimientos guardados se pase a la elaboración (consciencia y racionalización) de los mismos.

El origen de esta actividad fue meramente formativa, pero tras la ilusión de los chicos y el buen resultado de los trabajos, el docente no descarta difundir estos relatos y llegar a la población infantil a través de los colegios, por ejemplo. “Y, de esta manera, también apoyar el trabajo de tantos maestros y maestras que se reinventan cada día para minimizar el impacto de la pandemia entre los más pequeños”, explica.

Este trabajo, que nació de una situación social concreta con la llegada de la pandemia se mantendrá, al menos durante el próximo curso, como parte de las actividades que ayudan a construir el conocimiento y los valores de los estudiantes de Integración Social.

 

Fuente: Orden Hospitalaria San Juan de Dios