La publicación de un artículo de la Pontificia Universidad Javeriana sobre la espasticidad nos recuerda la importancia de este trastorno motor, ya que se presenta secundario a múltiples patologías como lo son la esclerosis múltiple en un 37 -78%, parálisis cerebral en aproximadamente un 90%, ataque cerebrovascular en un 35%, trauma raquimedular en 40-80% de los casos, etc. Este síndrome de motoneurona superior se presenta como una activación involuntaria, intermitente y sostenida de los músculos, debido a una exageración del reflejo miotático asociado a un fenómeno de hiperexcitabilidad espinal que resulta en una pérdida del control inhibitorio de las vías descendentes supra espinales. En este artículo podemos encontrar, además de la vía reticuloespinal, la representación gráfica de otras vías asociadas a la presencia de espasticidad y las fases que la conforman. Teniendo en cuenta que la atención a este padecimiento debe ser multidisciplinaria, hay objetivos claros en el tratamiento a tomar en cuenta como el de disminuir el exceso de espasticidad con la finalidad de evitar la aparición de deformidades y mejorar la funcionalidad. El tratamiento no farmacológico con fisioterapia (terapias posturales, crioterapia, electroestimulación, hidroterapia, etc.) es igual de importante que el tratamiento farmacológico donde podemos encontrar como medicamento oral para el manejo de primera línea a Baclofeno, un agonista de los receptores GABA-B, que actúan hiperpolarizando las neuronas centrales, en la zona del asta posterior, e inhibe las vías monosinápticas extensoras y polisinápticas flexoras, mediante un aumento gradual de la dosis, vía oral, hasta llegar a un máximo de 100 mg por día; al igual que este fármaco, los demás medicamentos para el tratamiento de espasticidad, buscan inhibir los estímulos mediante los receptores GABA y/o la regulación del calcio intracelular.


El manejo neuroquirúrgico se sugiere si después de un año en tratamiento con las anteriores alternativas terapéuticas no se obtuvieron resultados favorables y el beneficio es mayor que el riesgo, lo cual debe ser considerado por el médico tratante. Se plantean en esta revisión algoritmos terapéuticos que pueden enfocar el tratamiento acorde con el perfil del paciente, en búsqueda de la mejora de la calidad de vida del paciente.

 

Referencia:

Gómez Vega JC, Ocampo-Navia MI, Acevedo González JC. Espasticidad. Univ Médica [Internet]. 2021;62(1). Disponible en: http://dx.doi.org/10.11144/javeriana.umed62-1.espa

 

 

Fuente: Teva México