Se estima que entre 700.000 y 800.000 personas padecen insuficiencia cardiaca en nuestro país, una enfermedad que limita el flujo sanguíneo que bombea el corazón y que constituye la primera causa de hospitalizaciones en mayores de 65 años. Un diagnóstico temprano y un adecuado manejo es fundamental para evitar complicaciones y reducir la mortalidad. Sin embargo, los síntomas -fatiga, dificultad al respirar, hinchazón de piernas, etc.-, a menudo se confunden con los achaques propios de la vejez o pueden estar relacionados con otras enfermedades, lo que provoca un diagnóstico tardío o derivaciones innecesarias a cardiología.

Con el objetivo de identificar correctamente a estos pacientes, la red madrileña CardioRed1 -una alianza para mejorar la atención cardiovascular entre 43 centros de salud de la Gerencia Asistencial madrileña de Atención Primaria con los hospitales Clínico San Carlos, Severo Ochoa, Príncipe de Asturias y Fuenlabrada - ha lanzado la campaña Detectar los no detectados cuando se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre la insuficiencia cardiaca. A través de una sencilla prueba, 6 centros de salud han podido identificar a los pacientes con sospecha de insuficiencia cardiaca para descartar la enfermedad o derivarles a una consulta de cardiología en caso necesario. “La labor de Atención Primaria identificando los síntomas de la insuficiencia cardíaca es fundamental para manejar adecuadamente a los pacientes”, asegura el Dr. Alberto Esteban, cardiólogo del Hospital Severo Ochoa de Madrid y uno de los profesionales participantes en el proyecto.

La iniciativa, alineada con la Sociedad Europea de Cardiología con el objetivo de reducir la mortalidad por esta enfermedad un 25% en los próximos 25 años, ha contado con apoyo de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC), y las farmacéuticas CSL Vifor, AstraZeneca y Novartis.

Cómo detectar a los no detectados

La prueba empieza con un breve cuestionario de 7 preguntas tales como: ¿Ha notado en las últimas semanas o meses que se cansa más al caminar o que le cuesta más hacer las tardeas cotidianas? ¿Se le han hinchado últimamente los tobillos o las piernas? ¿Ha notado sensación de ahogo mientras duerme?

Si las personas entrevistadas contestan positivamente a dos o más preguntas se les realiza un análisis de sangre (prueba NT- ProBNP o de péptidos natriuréticos) cuyos resultados se obtienen en el acto. “Los péptidos natriuréticos son unas determinaciones analíticas muy útiles para descartar la insuficiencia cardíaca”, explica Esteban. “Cuando los péptidos dan elevados, hace falta una prueba de imagen -un ecocardiograma- para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de insuficiencia cardíaca”, añade el experto en esta enfermedad. Aquellos pacientes con sospecha confirmada de insuficiencia cardíaca son derivados a las unidades de insuficiencia cardíaca del Hospital de referencia de CardioRed1.

“Esta campaña es importante para, por un lado, concienciar a la población de los síntomas de la insuficiencia cardíaca y, por otro, destacar el valor de la prueba NT- ProBNP para facilitar el diagnóstico la cual está disponible para los profesionales sanitarios bajo petición en muchos centros de salud”, afirma el cardiólogo.

Atención Primaria en la Comunidad de Madrid tiene autorizado poder pedir la prueba NTproBNP para así poder descartar la insuficiencia cardíaca en los pacientes con síntomas de sospecha

La insuficiencia cardiaca: una epidemia del S. XXI con un alto coste económico y en vidas

Según datos de RECALCAR, el mayor registro sobre la atención cardiológica en nuestro país, los ingresos por insuficiencia cardiaca han aumentado un 22% en 10 años, provocando más de 110.000 hospitalizaciones anuales actualmente. Esta enfermedad, con un alto impacto en la calidad de vida de las personas, también lo tiene sobre el gasto del sistema sanitario. Cerca del 4% del gasto total sanitario se dedica a esta patología; el 80% del mismo ocurre durante los ingresos.

El aumento en la incidencia de esta enfermedad tiene que ver con dos cuestiones. Por un lado, el mejor manejo de las enfermedades cardiacas agudas -que antes suponían el fallecimiento del paciente-, ahora derivan en numerosas ocasiones en procesos crónicos que pueden desembocar en insuficiencia cardiaca. Por otro lado, influye el aumento de la esperanza de vida dado que la edad es un factor de riesgo para el desarrollo de cardiopatías como la insuficiencia cardíaca.

 

VÍDEO DE LA CAMPAÑA

 

 

Fuente: Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC)