La hipoglucemia es un fenómeno hospitalario común que ocurre en pacientes dentro y fuera de la unidad de cuidados intensivos y plantea importantes riesgos para la salud. Los pacientes de edad avanzada corren un riesgo especial, ya que el riesgo de complicaciones graves y muerte aumenta significativamente, por lo que se debe evitar sistemáticamente la hipoglucemia.

Por qué la hipoglucemia ocurre con más frecuencia en el hospital

La causa más común de hipoglucemia en el hospital es la administración de insulina antes de las comidas en pacientes que pueden tener una ingesta calórica restringida. Aunque la mayoría de los análogos de insulina de acción rápida también están aprobados para su administración después de las comidas, tradicionalmente se administran antes de las comidas para prevenir un aumento de los niveles de azúcar en sangre después de comer.

Sin embargo, este enfoque puede resultar inseguro en un entorno hospitalario porque la cantidad de alimentos consumidos y el horario de las comidas varían, lo que aumenta el riesgo de hipoglucemia. Por esta razón, algunos expertos sugieren administrar insulina después de una comida para permitir una dosificación más precisa según la ingesta real de alimentos.

¿La insulina posprandial como nuevo estándar?

Esto se ha examinado ahora en un estudio de cohorte retrospectivo basado en los efectos del momento de la administración de insulina sobre el control del azúcar en sangre en pacientes hospitalizados en el Centro Médico Johns Hopkins Howard County en Maryland, EE. UU. El 28 de junio de 2019, el hospital cambió su política de administración de insulina de preprandial a posprandial. El análisis de los efectos sobre los niveles de glucosa en sangre se dividió en tres periodos de tiempo: preintervención, postintervención inmediata (2019-2020) y postintervención larga (2022-2023). El criterio de valoración principal fue la proporción de días-paciente con hipoglucemia, definida como un nivel de glucosa en sangre ≤ 70 mg/dL.

El análisis incluyó 1.948 días-paciente antes de la intervención, 1.751 inmediatamente después de la intervención y 3.244 mucho tiempo después de la intervención.

Significativamente menos hipoglucemias debido al cambio.

Los datos muestran que cambiar el momento de la administración de insulina resultó en una reducción general de las tasas de hipoglucemia durante los tres períodos de tiempo:

  • Antes de la intervención: 9,4%
  • Inmediatamente después de la intervención: 8,9%
  • Mucho después de la intervención: 6,7%

Esta reducción fue estadísticamente significativa (p<0,001) entre los períodos preintervención y posintervención larga, pero no entre los períodos preintervención y posintervención inmediata.

Ninguna influencia sobre la hiperglucemia a pesar de los niveles elevados de azúcar en sangre

Las tasas de hiperglucemia grave se mantuvieron aproximadamente iguales (27,4% frente a 28,3% frente a 29,5%), aunque la glucosa en sangre media diaria aumentó con el tiempo (194,6 frente a 196,8 frente a 199,3 mg/dl). El análisis post hoc mostró que este aumento entre la fase previa y la fase posterior a la intervención fue realmente significativo (p=0,004). Sin embargo, todos estos cambios no afectaron la duración de la estancia hospitalaria.

Se necesitan más acuerdos y cálculos concretos

Por tanto, el estudio muestra que la administración de insulina después de las comidas dio lugar a una reducción significativa de la tasa de hipoglucemia sin afectar la tasa de hiperglucemia grave ni la duración de la estancia hospitalaria. Por lo tanto, la administración posprandial puede haber garantizado que la insulina se administrara sólo después de una ingesta suficiente de alimentos, lo que puede haber reducido el riesgo de hipoglucemia.

El cambio traería ventajas y desventajas para el personal de enfermería tratante. El momento de la medición de la glucosa en sangre antes de las comidas, la distribución de alimentos, la ingesta de alimentos y la administración de insulina posprandial requiere un mayor esfuerzo de comunicación y coordinación entre los empleados. Sin embargo, la administración de insulina posprandial también reduce el estrés de los cuidadores que deben decidir si administrar o suspender la insulina preprandial en pacientes con ingesta calórica reducida o durante comidas impredecibles.

Explorar más a fondo conexiones específicas

Aunque los niveles medios de azúcar en sangre aumentaron con el tiempo, el estudio no mostró diferencias significativas en la tasa de hiperglucemia grave. Esto sugiere que la administración de insulina posprandial es generalmente eficaz y segura. Sin embargo, el aumento de los niveles medios de azúcar en sangre y sus efectos deberían investigarse más a fondo en estudios futuros. En general, se necesitan estudios multicéntricos para comprender mejor los efectos a largo plazo y los desafíos prácticos de esta transición.

 

Fuente:

George M, et al. (2024): Efectos de la administración de insulina nutricional preprandial versus posprandial en el ámbito hospitalario. Clínica de Diabetes Res.; DOI:  10.1016/j.diabres.2024.111785