La inmunoterapia se está convirtiendo en una vía prometedora en oncología, está adquiriendo cada vez más importancia y ofrece importantes ventajas en comparación con la quimioterapia o la radioterapia. Los factores y hábitos dietéticos pueden ayudar o dificultar la eficacia del tratamiento. Un artículo publicado en la revista 'Cell Death and Disease' examinó estudios recientes y evaluó la influencia de los alimentos, incluidas vitaminas, ácidos grasos, nutrientes, micro y macromoléculas, hábitos alimentarios y dietas, sobre la capacidad de modular las respuestas inmunitarias [1].

El papel de la nutrición en la función de las células inmunitarias.

La dieta juega un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico. La obesidad y los trastornos metabólicos pueden alterar la activación de los macrófagos y provocar una inflamación dañina. La composición de la dieta, en particular los ácidos grasos, influye en la producción de citocinas. Mientras que los ácidos grasos saturados tienen efectos mínimos sobre la producción de citocinas, los ácidos grasos poliinsaturados inhiben la producción de citocinas de tipo Th1, conocidas por sus respuestas proinflamatorias. Un equilibrio entre las respuestas Th1 y Th2 es crucial, particularmente en cánceres como el carcinoma hepatocelular.

El Índice Inflamatorio Dietético (DII) fue desarrollado para evaluar los efectos inflamatorios de los alimentos. El consumo de alimentos bajos en DII, como frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras, grasas saludables y ciertas especias, puede reducir eficazmente la inflamación sistémica y reducir el riesgo de cáncer.

Estrategias de nutrición y dieta para mejorar la eficacia de la inmunoterapia

La composición de la dieta influye significativamente en el funcionamiento del sistema inmunológico y, en consecuencia, también en la eficacia de la inmunoterapia.

Dieta alta en fibra

Los alimentos ricos en fibra tienen un efecto positivo sobre las funciones inmunes de las mucosas del intestino al aumentar las citocinas antiinflamatorias y disminuir las citocinas proinflamatorias. Los alimentos no digeridos se pueden convertir en ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como el butirato, que se absorbe en el intestino y alivia los trastornos inflamatorios al aumentar el número de células T reguladoras (Treg) y el interferón gamma (IFN-γ-). Espejo reducido. Una dieta rica en fibra también podría ser beneficiosa cuando se usan inhibidores de puntos de control inmunológico (ICI) como pembrolizumab , nivolumab o ipilimumab , ya que una mayor producción de AGCC puede estimular la diferenciación y función de las células inmunitarias.

Dieta cetogénica

Esta dieta reduce los niveles de glucosa y, por tanto, reduce la producción de lactato por parte de las células cancerosas glicolíticas. El lactato actúa como un inhibidor de la maduración de las células dendríticas y altera la función de las células NK, lo que a su vez limita los efectores de la inmunidad innata y actúa como regulador de la expresión genética, incluido el NCR1, que codifica un receptor para activar las células NK.

Estudios recientes han demostrado que el 3-hidroxibutirato, el principal cuerpo cetónico, inhibe el crecimiento tumoral incluso cuando fallan las terapias estándar. Este efecto antineoplásico previene la regulación positiva de PD-L1 en las células mieloides asociada con el bloqueo de los puntos de control inmunológico, promueve la expansión de las células T CXCR3 positivas y conduce a cambios en la composición de la microbiota intestinal.

Dietas altas en grasas

Si bien algunas inmunoterapias contra el cáncer se benefician de dietas muy bajas en carbohidratos o cetogénicas, las dietas ricas en grasas (HFD) pueden empeorar los resultados terapéuticos. La acumulación de gotitas de lípidos se ha relacionado con la progresión de varios cánceres, incluidos el melanoma y el cáncer de páncreas . En el linfoma, se observa un cambio hacia la utilización de lípidos, lo que resulta en una menor respuesta al tratamiento.

Composición de la microbiota intestinal

La microbiota intestinal es sensible a los componentes de los alimentos que comemos. La composición de la microbiota intestinal, a su vez, influye decisivamente en la respuesta a la inmunoterapia. Se ha descubierto que cambios específicos en la flora intestinal pueden aumentar la eficacia de la inmunoterapia contra el cáncer o reducir los efectos secundarios relacionados con el tratamiento.

Dietas bajas en proteínas

Las dietas bajas en proteínas (LPD) hacen que el cuerpo reciba menos aminoácidos que los que el tumor necesita para crecer. Pueden reducir el crecimiento tumoral en algunos tipos de cáncer al modular la respuesta inmune e influir en las vías de señalización en el entorno del tumor. El efecto de la restricción de proteínas sobre los macrófagos asociados a tumores (TAM) es particularmente interesante, ya que cambian a un fenotipo tumoricida y proinflamatorio.

Sin embargo, la evidencia actual de estudios experimentales y epidemiológicos sugiere que el consumo de proteínas lácteas tiene beneficios. Por ejemplo, la β-lactoglobulina, el componente principal de las proteínas del suero, tiene propiedades inmunoestimulantes además de propiedades antioxidantes. La lactoferrina tiene efectos inmunomoduladores tanto en la respuesta inmune innata como en la adaptativa. Además, la lactoferrina puede unirse a las endotoxinas, lo que resulta en una reducción en la producción de citocinas proinflamatorias.

Restricción calórica y ayuno

Las intervenciones nutricionales como el ayuno o una dieta restringida en calorías pueden mejorar la eficacia de las inmunoterapias al mejorar la respuesta inmune contra los tumores. Esto da como resultado una infiltración reducida de macrófagos asociados a tumores (TAM), un crecimiento tumoral reducido y una respuesta mejorada a las inmunoterapias.

La restricción calórica implica reducir la ingesta diaria de calorías entre un 10 y un 50%, una estrategia conocida por su eficacia para prolongar la vida y retrasar las enfermedades relacionadas con la edad.

La Dieta Imitadora del Ayuno (FMD) es una alternativa al ayuno terapéutico tradicional. Intenta replicar los beneficios del ayuno con una dieta controlada que tenga una composición de macronutrientes específica: baja en proteínas, alta en grasas insaturadas y baja a moderada en carbohidratos. Los resultados preliminares sugieren que la fiebre aftosa es eficaz para reducir los factores de riesgo del envejecimiento, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer sin efectos adversos significativos.

Suplementos para mejorar las inmunoterapias

La vitamina D es fundamental para la regulación inmunitaria, reduce el riesgo de colitis inducida por inhibidores de puntos de control inmunitarios y mejora la supervivencia en ciertos tipos de cáncer. Afecta a las células Treg y TH17, así como a la vía de señalización NF-κB. La vitamina C modula la respuesta inmune y podría mejorar los efectos de las terapias de puntos de control inmunológico, aunque los mecanismos exactos aún no están claros. Los polifenoles como la apigenina y el EGCG exhiben propiedades antioxidantes, antimicrobianas y anticancerígenas que pueden inhibir vías de señalización clave y producir efectos sinérgicos con las inmunoterapias.

Impacto de una dieta rica en sal en la inmunoterapia

El consumo elevado de sal puede tener efectos positivos y negativos sobre la inmunoterapia. Promueve la conversión de células supresoras derivadas de mieloides (MDSC) en macrófagos antitumorales, lo que mejora la actividad antitumoral de las células T y la respuesta inmune. Sin embargo, el consumo excesivo de sal también puede aumentar el metabolismo de las células cancerosas, promover la propagación de tumores y causar inflamación y problemas de salud como presión arterial alta y enfermedades cardíacas.

Enfoque holístico de la atención del cáncer

Los factores del estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, son cada vez más importantes en la modulación del sistema inmunológico. Esto resalta la importancia de un enfoque holístico de la atención del cáncer que incluya tanto la prevención como el tratamiento.

 

Fuente:

Golonko, A. et al. (2024): Factores dietéticos y su influencia en las estrategias de inmunoterapia en oncología: una revisión integral. Muerte y enfermedad celular, DOI:  10.1038/s41419-024-06641-6.