Las enfermedades inmunomediadas (IMIDs) son, en su mayoría, patologías sistémicas en las cuales las manifestaciones cutáneas resultan muy frecuentes a lo largo de la evolución, “pudiendo ser muy variadas y afectando principalmente a pacientes con artritis psoriásica, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, dermatomiositis y vasculitis, entre otras”, según explica la Dra. Sagrario Bustabad, presidenta de la Sociedad Española de Reumatología.

 

Las manifestaciones cutáneas que se observan en pacientes con enfermedades reumáticas son muy variadas, incluyendo “rash” cutáneos no pruriginosos, lesiones urticariformes, lesiones fotosensibles (eritema en alas de mariposa), placas descamativas (psoriasis), nódulos subcutáneos (eritema nodoso o nódulos reumatoides), lesiones eritematosas puntiformes (petequias), pérdida de cabello (alopecia), picor en la piel (prurito), piel seca (xerosis), endurecimiento de la piel de los dedos (esclerodactilia), cambio de coloración de las manos con el frío (Raynaud), úlceras en cavidad oral o genitales (aftas), entre otras. En este sentido, la Dra. Bustabad insiste en “la importancia de hacer un buen diagnóstico diferencial y tratamiento dirigido, además de hablar con los pacientes para saber cómo esta afectación de la piel genera un impacto en su vida diaria, ya que muchos pacientes ven limitadas algunas de sus actividades, en parte, por la carga emocional que supone el aspecto estético”.

 

“La salud y bienestar de los pacientes con este diagnóstico es importante abordarlo con un tratamiento específico, y donde el diagnóstico, le permita seguir con su ritmo de vida. En ocasiones, para los pacientes no es fácil de llevarlo, por eso es clave que los especialistas les aportemos ese vinculo de ayuda emocional donde se puedan sentir respaldados”, explica la presidenta de la AEDV y de la FPS, la Dra. Yolanda Gilaberte.

 

La colaboración entre Reumatología y Dermatología, así como el intercambio de conocimiento y la formación conjunta de ambos especialistas resulta fundamental para mejorar las habilidades con el fin de ofrecer a los pacientes la mejor atención médica posible, que facilite un diagnóstico más temprano, el mejor tratamiento disponible en función de las características del paciente y un seguimiento adecuado para conseguir el control de la enfermedad y el mantenimiento de la calidad de vida de estas personas. En opinión de la Dra. Bustabad, “reuniones científicas como la ‘Jornada ReumaDerm’ permiten que los participantes de cada especialidad miremos la enfermedad desde el punto de vista de la otra. De manera que los reumatólogos nos acercaremos más a las manifestaciones cutáneas de estas enfermedades y, nuestros compañeros dermatólogos, a las articulares e inmunológicas”.

 

Asimismo, los especialistas de Dermatología y Reumatología han insistido en la importancia de que las personas que sufren enfermedades inmunomediadas, como la artritis, el lupus, la psoriasis, etc. mantengan hábitos de vida saludables, entre los que se debe incluir una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico de manera habitual, así como evitar el consumo de sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol. “Hay evidencias suficientes sobre el papel que ciertos factores de hábitos nocivos, como el tabaco o la obesidad, juegan en la aparición de la artritis psoriásica. Sabemos, por ejemplo, que la obesidad es un factor predictor de mala respuesta y baja persistencia al tratamiento con terapias biológicas y que tanto la psoriasis como la artritis psoriásica suponen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares. Esta es otra razón adicional para controlar adecuadamente todos los factores de riesgo en ese sentido (diabetes, hipertensión arterial, exceso de peso, tabaquismo, etc.)”, ha recordado la Dra. Bustabad.

 

Fuente: Sociedad Española de Reumatología (SER)