Según los resultados presentados recientemente en el Congreso Internacional de Farmacoeconomía (International Society for Pharmacoeconomics and Outcomes Research) en Berlín acerca de un estudio que compara el efecto de fesoterodina, solifenacina y tolterodina en el tratamiento del síndrome de vejiga hiperactiva (VH), fesoterodina sería la opción farmacológica que más contribuye a reducir el gasto total al sistema sanitario, un ahorro que podría llegar hasta 254€ por paciente al año.

El objetivo de este estudio ha sido comparar la utilización de recursos sanitarios y costes en adultos que reciben fesoterodina, solifenacina o tolterodina en la práctica clínica en España para el tratamiento de la VH. Para ello, en el cálculo de los costes se tuvo en consideración todas las visitas de tipo médico (atención primaria, especializada y de urgencias hospitalarias), utilización de absorbentes, pruebas diagnósticas/terapéuticas y medicamentos concomitantes relacionados con la VH, además de los medicamentos antimuscarínicos.

Al comparar los pacientes tratados con fesoterodina frente a solifenacina y tolterodina, estos presentaron una reducción de visitas médicas, incluida la atención primaria, especializada y urgencias hospitalarias; medicación concomitante y uso de absorbentes. Para el doctor Antoni Sicras Mainar, de Badalona Serveis Assistencials (Badalona, Barcelona), “en nuestro estudio, a pesar de que el coste de la medicación con fesoterodina, respecto a otros antimuscarínicos, es mayor, en general se observa un promedio del coste sanitario y no sanitario por paciente mucho menor”.

Repercusiones económicas
El estudio demuestra la magnitud de este problema en la sanidad española. Esta patología no solo afecta a la calidad de vida de los pacientes, que ven su vida personal y laboral comprometida, sino que también constituye un problema médico de coste elevado porque “la VH aumenta con la edad, por lo tanto, repercute en elevados costes sanitarios tanto directos (tratamiento farmacológico, visitas médicas, hospitalizaciones, pruebas complementarias, etc.) como indirectos (derivados principalmente del absentismo laboral o de la disminución del rendimiento en las horas de trabajo)”, ha comentado el doctor A. Sicras.

Aparte de la carga física y psicológica que pueden suponer para quienes los padecen, los síntomas urinarios como la incontinencia y sus consecuencias representan una importante carga económica tanto desde el punto de vista sanitario como laboral, por pérdidas de productividad o absentismo. Según los datos del estudio, los pacientes tratados con fesoterodina en comparación con otros antimuscarínicos muestran una mejora de su incontinencia urinaria, repercutiendo en unos menores costes directos e indirectos desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud.

La VH afecta a la calidad de vida tanto por los síntomas de llenado que la caracterizan como por las estrategias que los pacientes adoptan para poder vivir con ellos. En este sentido, muchos pacientes toman medidas extremas para evitar la frecuencia y los episodios de incontinencia, ocasionando una importante repercusión en su estado físico, la vitalidad, la vida social, el estado emocional y la funcionalidad. Además, no todos los pacientes buscan ayuda profesional para este problema y solo una cuarta parte de ellos reciben tratamiento.

En este sentido, aunque las evidencias disponibles son escasas, la bibliografía sugiere a fesoterodina como una alternativa coste-efectiva desde una perspectiva social frente a tolterodina y solifenacina en el tratamiento de la VH. “Fesoterodina ha demostrado en diversos estudios una mejora en la calidad de vida relacionada con la salud. Aunque cabe destacar que el uso de estos medicamentos en ensayos clínicos limita la generalización de los resultados, puesto que no se han realizado en condiciones de práctica clínica habitual”, ha indicado el doctor A. Sicras.

Sobre el estudio
Se efectuó un estudio observacional, multicéntrico, longitudinal, de carácter retrospectivo elaborado a partir de los registros médicos electrónicos procedentes del seguimiento de pacientes de atención primaria y especializada de tres localidades de España. Los pacientes, tanto hombres como mujeres procedentes de los lugares asignados al estudio, eran mayores de edad y con diagnóstico de VH.

Sobre el síndrome de vejiga hiperactiva
El síndrome de la VH se define como la urgencia (sensación urgente de ganas de orinar) acompañada o no de incontinencia. La urgencia miccional puede ir acompañada de un aumento de la frecuencia (necesidad de orinar con mucha frecuencia: más de ocho veces al día), nocturia (la persona se despierta por la necesidad de orinar más de una vez durante las horas del sueño) y la incontinencia por urgencia (pérdidas involuntarias de orina asociadas a la urgencia).

Estos síntomas afectan de forma importante la calidad de vida de los pacientes. Se ha demostrado que las personas que padecen esta disfunción sufren un aumento de episodios depresivos, disminución de la calidad del sueño, autoestima más baja o aislamiento social. Este trastorno también lleva asociado un fuerte impacto emocional para el paciente, ya que dificulta sus relaciones sociales y sexuales e influye negativamente en su entorno familiar.

 

Fuente: Weber Shandwick