Los últimos datos de la Iniciativa Global para la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (GOLD), hechos públicos con motivo del Día Mundial de la EPOC el noviembre pasado, indican que la EPOC mata cada año en el mundo a cerca de 3 millones de personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de la cuarta causa de mortalidad en el mundo, únicamente superada por la cardiopatía isquémica, el ictus y las enfermedades infecciosas. Sus previsiones la sitúan en el tercer lugar en el año 2020. La EPOC, por tanto, mata a más personas que el cáncer y a muchas más que el SIDA. La padece uno de cada diez mayores de 40 años y sus costes directos en la Unión Europea se estiman en más de 38.000 millones de euros.

La iniciativa GOLD, organizadora del Día Mundial de la EPOC, recuerda que hay mucho por hacer para mejorar la salud respiratoria de la población y, en particular, para luchar contra una enfermedad tan grave y prevalente. Sin embargo, existen importantes obstáculos que salvar, entre ellos el desconocimiento, el infradiagnóstico y, consecuencia de éste, el infratratamiento de esta enfermedad.

Desconocimiento sobre la EPOC e infradiagnóstico de la enfermedad

En efecto, tal y como se extrae de los resultados obtenidos del estudio CONOCEPOC, publicado el pasado mes de septiembre en la revista Archivos de Bronconeumología, solamente el 17% de la población española de 40 a 80 años conoce el término EPOC, siendo las mujeres y los adultos jóvenes quienes mayor conocimiento tienen de esta enfermedad. Por el contrario, un dato positivo es el conocimiento que se tiene de los síntomas de la EPOC, que puede considerarse aceptable entre aquellas personas que declararon conocer qué significa la EPOC, ya que identificaron el ahogo (81,1%), la tos (29,0%) y la expectoración (10,6%) como síntomas principales.

A pesar de ello, este estudio muestra que solo la mitad de las personas con síntomas compatibles con EPOC consultan con su médico y solo al 62% de ellas se les ha realizado alguna vez una espirometría por lo que, en palabras de los autores del trabajo, cuyo primer firmante es Joan B. Soriano, “aún se requiere mucho trabajo de concienciación de la población en torno a la relevancia de las enfermedades respiratorias en general y de la EPOC en particular”.

Soriano también indica que una de las consecuencias del desconocimiento es el infradiagnóstico de la enfermedad. En el mundo hay más de 210 millones de afectados, pero la proporción de casos no diagnosticados se sitúa por encima del 80% en múltiples regiones del mundo y en España el porcentaje se acerca bastante a esa cifra. El motivo es que en la EPOC las primeras fases pasan desapercibidas, dado que el desarrollo de los síntomas tiende a ser lento y la gente puede considerar que la tos y la progresiva dificultad para respirar son algo normal en el proceso de envejecimiento. Y a esto habría que añadirle el insuficiente uso de la espirometría para el cribado poblacional, una prueba sencilla que constituye la herramienta clave para el diagnóstico de la EPOC y otras enfermedades respiratorias.

Por todo lo anterior, el papel del médico, y en especial el de Atención Primaria, es esencial a la hora de combatir el infradiagnóstico.

Tabaco

La lucha contra el tabaquismo puede considerarse el pilar de la prevención y del tratamiento de la EPOC. La gran mayoría de los afectados son fumadores o ex fumadores, de ahí que las medidas encaminadas a reducir la proporción de población consumidora y a evitar la iniciación en el hábito sean fundamentales.

Sin embargo, más de la mitad de los pacientes continúa fumando tras ser diagnosticado de la enfermedad. Así lo constatan los resultados del Estudio Epidemiológico de la EPOC en España (Iberepoc) desarrollado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y de un segundo trabajo desarrollado en Reino Unido.

La razón por la que se explica el no abandono del hábito tabáquico por estos pacientes podría encontrarse, según apunta la SEPAR, “en las características específicas, demostradas por diversos estudios, del tabaquismo de estos enfermos, que los convierten en un grupo de fumadores con especiales dificultades para dejar esta dependencia”.

Características específicas

Así, y entre las mismas, destaca el mayor consumo diario de cigarrillos, significativamente superior al de los fumadores que no han desarrollado la enfermedad. Y, de la misma manera, el patrón específico de consumo, consistente en inhalar profundamente el humo del cigarrillo y retenerlo por más tiempo en los pulmones.

Es más; los pacientes con EPOC presentan un mayor grado de dependencia física por la nicotina, así como un menor grado de motivación para dejar de fumar. Todo ello sin olvidar, como recuerda la SEPAR, “que la depresión es frecuente en este grupo de fumadores, llegando a padecerla hasta un 40% de los enfermos”.

Ante esta situación, la SEPAR ha elaborado la normativa ‘Tratamiento del Tabaquismo en fumadores con EPOC’, primer documento científico que, cuando menos en Europa, aborda ampliamente las estrategias a seguir para ayudar a los pacientes con EPOC a dejar de fumar.

Coste de la enfermedad

Los tratamientos de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) cuestan al Gobierno 3.000 millones de euros anuales, representando el 2 por ciento del presupuesto del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, apunta por otro lado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Este elevado coste económico de la enfermedad incluye los gastos directos de la hospitalización y otros cuidados sanitarios, así como los costes indirectos motivados por las bajas laborales de los pacientes o de los familiares que deben permanecer a su cuidado.

En concreto, el gasto asciende a 1.482 euros anuales en pacientes con EPOC leve y más del doble en pacientes con EPOC grave, que puede llegar a alcanzar una cifra de 3.538 euros, ya que dicha cantidad puede multiplicarse por cinco en casos extremos que requieren especiales cuidados.

Por tanto, y dadas sus características de enfermedad crónica y progresiva, la EPOC tiene un coste económico muy elevado, siendo el gasto asistencial medio por paciente, desde el diagnóstico al fallecimiento, de aproximadamente 27.500 euros. Además, el 40 por ciento de las consultas neumológicas que se producen son por causa de esta patología.

"El diagnóstico precoz, en fases de obstrucción leve o moderada, se asocia a una mayor supervivencia y, al mismo tiempo, a menos costes, casi 14 años y 9.730 euros. De hecho, si el diagnóstico se realiza en fase de obstrucción grave representa 10 años de supervivencia y 43.785 euros", explica el coordinador del área de EPOC de la SEPAR, Bernardino Alcázar, con lo que vuelve a poner de manifiesto la importancia que tiene el diagnóstico temprano de la EPOC, sobre todo para la población susceptible de padecer la enfermedad, pero también para el bolsillo de los contribuyentes.