Aunque la tipología de los trastornos del sueño es muy variada, casi todos los expertos coinciden en un aspecto clave: la falta de diagnóstico. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que un 90 por ciento de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de piernas inquietas y entre un 60 y un 80 por ciento de los pacientes con narcolepsia, no están diagnosticados.

"A pesar de los avances que se han producido en los últimos años, tanto en diagnóstico como tratamiento, son trastornos que, en demasiadas ocasiones, pasan desapercibidos y no se tratan adecuadamente", señala Hernando Pérez Díaz, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN.

"Es importante darles la relevancia que realmente tienen, ya que no sólo se reduce la calidad de vida y el rendimiento diario de quienes lo sufren, sino que no dormir adecuadamente aumenta el riesgo de hipertensión y, por tanto, de sufrir un accidente cerebrovascular, afecta también a la capacidad intelectual, al rendimiento, y los trastornos del sueño pueden agravar el propio desarrollo de otras enfermedades que, entre otros síntomas, cursan con trastornos del sueño".

Trastornos más comunes

Tras el insomnio, los trastornos del sueño más comunes son el síndrome de apneas-hipopneas del sueño y el síndrome de las piernas inquietas. El síndrome de las piernas inquietas afecta aproximadamente a un diez por ciento de la población, siendo las personas mayores de 50 años las más propensas a sufrirlo, y su principal consecuencia es el insomnio. Por su parte, el síndrome de la apnea del sueño afecta, en los países desarrollados, a entre el dos y el cuatro por ciento de la población, aunque presenta una mayor incidencia entre varones de edad adulta con sobrepeso y mujeres que ya han pasado la menopausia.

"Existen numerosos estudios que indican una clara relación entre apnea y los accidentes cerebrovasculares. Hasta el punto de que se ha estimado que el 63 por ciento de las personas con problemas cerebrovasculares experimentan más de diez apneas por hora. Además, en un 50 por ciento de los casos, las apneas generan pequeñas lesiones cerebrales que a la larga pueden ser causa de demencia", señala Hernando Pérez. "Por lo tanto, identificar y tratar adecuadamente a ese 90 por ciento de pacientes con apnea del sueño que no están diagnosticados es primordial".

Aunque menos habitual, la narcolepsia es otro trastorno del sueño cuyo síntoma más incapacitante es la somnolencia excesiva diurna. Afecta a unas 25.000 personas en España pero, teniendo en cuenta el alto porcentaje de pacientes que no está diagnosticado y que, en algunos casos, no se detecta hasta los diez años de haber comenzado a tener los primeros síntomas, su incidencia podría ser mayor.

"El principal problema para el diagnóstico de estos trastornos, como por ejemplo la narcolepsia,  es que sus síntomas se pueden atribuir a otras causas más habituales, como exceso de trabajo, estrés, falta de sueño... además, a los pacientes con somnolencia diurna a menudo se les acusa de vagos, juerguistas o carentes de vitaminas, por los prejuicios existentes en la población hacia este tipo de problemas", explica el Dr. Hernando Pérez. "Es importante, por lo tanto, no sólo concienciar a la población sobre la problemática que viven estos pacientes, sino saber que se debe acudir al neurólogo cuando se experimente somnolencia excesiva durante más de tres meses".

Aparte de estos trastornos habría que señalar otros menos frecuentes como las parasomnias no REM, tipo sonambulismo, que suelen estar ligadas al desarrollo y por lo tanto tienden a desaparecer o a disminuir con la edad, pero que también perjudican el buen sueño. "Y, por supuesto los trastornos de sueño REM que, en los últimos años, su estudio ha cobrado un mayor interés, porque ha comenzado a ser analizado como una posible primera manifestación de enfermedades como el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy", concluye el Dr. Hernando Pérez.