Las migrañas constituyen un tipo de cefalea cuyos brotes se incrementan en estas fechas a causa, entre otros factores, de los cambios de la presión atmosférica. Esta patología, que afecta más a la población femenina que masculina, se presenta en aproximadamente el 14 por ciento de la población a una edad media de 25 a 35 años. "Aparece en el periodo fértil de la mujer y en su momento de máxima producción, por lo que la repercusión sociolaboral es importante e incapacita a la persona para desarrollar sus actividades al cien por cien, deteriorando notablemente su calidad de vida", según ha advertido el especialista del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Francisco Cañadillas.

El diagnóstico de esta enfermedad generalmente lo realizan los neurólogos y el seguimiento corresponde a los profesionales de atención primaria, salvo que el número de crisis se incremente sin razón aparente y su control resulte complejo.

Junto con las cefaleas tensionales forman parte del grupo las cefaleas crónicas diarias, que afecta al 5 por ciento de la población general en España. Entre las causas que con más frecuencia motivan esta cefalea diaria, se encuentran, en opinión de los expertos, el abuso de la medicación, especialmente de los que contienen barbitúricos, opiaceos o ergóticos.

En esta línea, los neurólogos, en este caso andaluces, están aconsejando a las personas que sufren migraña que no abusen de la medicación analgésica. También han desmitificado la prohibición de ciertos alimentos para estos pacientes, al tiempo que ha indicado que las únicas limitaciones deben hacerse con bebidas alcohólicas -en especial vino tinto y cava-, chocolate, queso curado y comidas ricas en nitritos como carnes enlatadas y los perritos calientes.

La migraña se caracteriza por un dolor pulsátil que comienza generalmente en un lado de la cabeza y posteriormente suele generalizarse. Se acompaña, entre otros síntomas, de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y los ruidos. Se inicia con un dolor sordo que empeora y puede prolongarse hasta 72 horas.

Cada persona sufre la enfermedad de manera diferente. Algunos tiene episodios aislados que requieren medicación únicamente el día de la crisis y otros precisan regímenes prolongados de medicinas con fines preventivos. En ocasiones han de acudir al hospital por la intensidad o persistencia del dolor.

Fuente: medicosypacientes.com

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