Dr. Rogelio LeiraDesde su experiencia y en base a los estudios existentes, ¿cuál es el perfil del paciente que padece migraña crónica?

Se puede definir la migraña crónica cuando un paciente con migraña sufre cefalea más de 15 días al mes, de los cuales al menos 8 días son de tipo migrañoso. Por tanto, lo destacable en estos pacientes es que la migraña episódica que en principio se padece va complicándose, evolucionando hacia la cronificación. Cuando  esta situación se mantiene durante más de 3 meses podemos hablar ya de migraña crónica.

Por otro lado, la migraña crónica va ligada también a otro concepto como es el concepto de migraña refractaria. Es decir, la cronicidad en el caso de la migraña viene dada debido a que los tratamientos sintomáticos o, sobre todo los preventivos, no han funcionado de forma adecuada. Así hablamos de migraña refractaria cuando el paciente no ha respondido a dos o tres pautas de tratamientos preventivos. Por tanto, no hablaríamos de un perfil de paciente que padece migraña crónica sino, más bien, de un paciente que, en su evolución, se ha cronificado. De todos modos, se puede decir que estamos ante un campo de estudio que está totalmente abierto.

¿Existen diferencias por género o edad en cuanto a pacientes que son más propensos a que las migrañas que padecen se cronifiquen?

Si tuviéramos que trazar un perfil del paciente con migraña crónica, estaríamos hablando, en la mayor parte de casos, de una mujer de en torno a unos 40 o 50 años, que lleva más o menos una media de 8 o 10 años con migrañas, durante los cuales ha ido teniendo distintas etapas de descontrol/control. Este sería, a grandes rasgos, el prototipo de un paciente con migraña crónica.

¿Quiénes de estos pacientes que sufren migraña crónica son candidatos a recibir un tratamiento con Botox para paliar o eliminar los efectos de su dolencia? ¿Por qué?

Botox® está indicado -y es la indicación oficial que tiene- en pacientes que sufren migraña crónica, es decir, pacientes que sufren más de 15 días en un mes dolores de cabeza y de los cuales, al menos, 8 son de tipo migrañoso. En otros tipos de cefaleas, como son las cefaleas tensionales, este tipo de tratamiento no ha demostrado eficacia, ni tampoco en las migrañas episódicas.

En los pacientes que ya han sido tratados con fármacos preventivos para la migraña y han resultado refractarios es para quienes la aparición de la toxina botulínica es un avance muy importante. Primero, porque este tratamiento cubre a unos pacientes que hasta ahora se veían sin un tratamiento específico y segundo porque este fármaco, a diferencia de otros, no se administra vía oral sino que es inyectable y de acción local, lo que posibilita que sea totalmente compatible con otro tipo de fármacos para otras patologías. El que haya un producto que sea eficaz y que sea de administración local, por vía subcutánea, y que su efecto dure de tres a cuatro meses, realmente es una gran noticia porque nos cubre un hueco donde hasta ahora estábamos bastante huérfanos. Puedo afirmar que este tratamiento cubre un vacío terapéutico muy importante que teníamos en migraña crónica y, además, supone un complemento más a otros tratamientos, puesto que la toxina botulínica es un fármaco seguro y bien tolerado.

¿Y cuándo es aconsejable iniciar el tratamiento con Botox®?

Botox® debe ser empleado en pacientes con migraña crónica. En esta situación clínica sólo Botox® y Topiramato han demostrado su eficacia clínica. La mayoría de estos pacientes ya han recibido tratamientos antimigrañosos preventivos (propranolol, flunarizina, etc.) con escasa o nula eficacia. Por eso, se encuentran en esta situación de cronicidad o refractariedad de migraña. El fracaso o cualquier limitación de uso con topiramato ya sugeriría el uso de Botox® como alternativa eficaz. Interesaría destacar que la clave del éxito con este tratamiento radica en seleccionar bien los pacientes a quienes se va a administrar el tratamiento: los pacientes con migraña crónica “pura” o con poco componente de cefalea tensional son aquellos que más posibilidades de eficacia tienen con Botox®.

¿Cómo influye Botox® en el tratamiento de la migraña crónica?

La migraña crónica no se cura y, por tanto, cuando hablamos de prevención, nos referimos a reducción de crisis: reducción en frecuencia, intensidad y duración de las crisis, que son los tres parámetros que definen una crisis de migraña. Dicho de otra manera, si un fármaco que damos de forma preventiva para tratar la migraña es eficaz, debería reducir, al menos, el 50% de las crisis de migraña en intensidad, sobre todo en frecuencia y en duración. Por tanto, no se trata de que estos pacientes no vayan a tener crisis de migraña sino que las que tengan serán mucho menos frecuentes, mucho mensos intensas, y mucho menos duraderas, por lo cual, la vida de la persona va a mejorar.

Según mi experiencia personal, la eficacia del Botox® en la práctica clínica es superior a la de los resultados obtenidos en el estudio PREEMPT.  La reducción en la intensidad de la cefalea migrañosa, la mejor respuesta al tratamiento sintomático, la mejoría en la actividad y calidad de vida del paciente con migraña crónica son los parámetros más valorados por el paciente migrañoso que recibe Botox®.

Bibliografía

Ficha técnica Botox® Allergan. Disponible en www.aemps.gob.es