En contra de lo que se pudiera pensar, la toxina botulínica tipo A, que la compañía Allergan comercializa bajo la marca Botox®, se utiliza en el 98% de los casos como tratamiento con fines terapéuticos y no para uso estético. Así lo ha asegurado el Doctor Manuel Esteban, jefe de Servicio de Urología del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y coordinador nacional de Urología Funcional de la Asociación Española de Urología, durante una rueda de prensa en la que se ha puesto de manifiesto que el Botox® es una alternativa eficaz y segura en el tratamiento de enfermedades como la migraña crónica o la vejiga hiperactiva y una terapia básica para aquellas personas que padecen espasticidad tras haber sufrido un ictus o para niños con parálisis cerebral.

En efecto, tal y como apuntó en la citada convocatoria el Dr. Anthony Ward, profesor y director del Centro de Rehabilitación Médica North Staffordshire en el Hospital Haywood de Stoke-on-Trent y uno de los mayores expertos en el campo de la rehabilitación, “la toxina botulínica tipo A se ha demostrado como el tratamiento más seguro de todos los utilizados en el abordaje de la espasticidad tras ictus y no solo eso sino que además ha resultado ser el tratamiento de más alta eficacia de todos los empleados”, indica el experto, que añade que la efectividad de este tratamiento se prolonga hasta las 12/15 semanas.

El Doctor Ward también admite que la eficacia de la toxina botulínica tipo A se extiende a otras patologías como es el caso de la parálisis cerebral infantil, donde el uso de Botox® como tratamiento se ha demostrado eficaz incluso en niños de 24 meses. Además, según el especialista, con la toxina botulínica tipo A se pueden retrasar las cirugías ortopédicas y el número total de operaciones con sus correspondientes riesgos mientras que esta terapia resulta coste-efectiva en los programas de rehabilitación.

Botox® reduce a la mitad el número de días con migraña

Botox® también juega un papel crucial en el tratamiento de la migraña crónica -se considera que se padece migraña cuando se sufren episodios de migraña más de 15 días al mes-, una enfermedad discapacitante que afecta en nuestro país a casi 2 millones de personas (2,3-5% de la población). “Los pacientes con migraña crónica sufren dolor crónico, ansiedad o depresión con una frecuencia 2-3 veces superior a la migraña episódica. Por ello, su abordaje requiere un tratamiento preventivo eficaz y personalizado”, explica el Dr. Julio Pascual, director del Área de Neurociencias y profesor titular de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias.

De izquierda a derecha: Dr. Julio Pascual; Dr. Manuel Esteban; Silvia Jato como moderadora de la mesa redonda; Javier Aracil, director de Relaciones Institucionales de Allergan; y el Dr. Anthony B. Ward.

Según el estudio PREEMPT, después de 12 meses en tratamiento con Botox®, cerca del 70% de los pacientes experimenta una reducción del ≥50% en número de días que sufren migraña. Asimismo, el uso de Botox®, que ha sido reembolsado recientemente por el Sistema Nacional de Salud, reduce significativamente los días con cefalea moderada a severa y mejora la calidad de vida.

“Los neurólogos disponemos ahora de una alternativa más para tratar una enfermedad altamente incapacitante para la que hasta el momento no teníamos casi opciones: BOTOX® es el único tratamiento preventivo sin efectos secundarios depresores sobre el sistema nervioso central, sin efectos secundarios sistémicos, reduce de forma muy relevante la frecuencia y la severidad de las crisis, hace que el paciente tenga que consumir muchos menos analgésicos, goza de una excelente tolerabilidad y evita acudir a Urgencias para tratamiento parenteral”, asegura el Doctor Pascual.

Por otro lado, en los casos de incontinencia urinaria y/o vejiga hiperactiva en España, Botox® también se presenta como una solución para muchos pacientes. Más de 6,5 millones de personas padecen incontinencia urinaria y/o vejiga hiperactiva en España, lo que significa que aproximadamente el 10% de las mujeres entre 25 y 64 años, alrededor del 5% en hombres entre 50 y 65 años y más del 50% de las personas mayores de 65 años de ambos sexos padecen esta afección. Además, tal y como apunta el Doctor Manuel Esteban, experto en Urología, “la incontinencia urinaria aumenta al doble el riesgo de padecer una depresión y el 86% de estos pacientes reconoce que se siente socialmente rechazado”.

“La toxina botulínica –comenta el Doctor Esteban- reduce significativamente o corrige completamente la incontinencia urinaria en casos rebeldes al tratamiento inicial hasta en el 75% de los casos y consigue mejorar la capacidad vesical, disminuyendo la presión excesiva dentro de la vejiga e incluso haciendo desaparecer las contracciones involuntarias que provocan la incontinencia”. Por ello, el Dr, Manuel Esteban reconoce que el uso de Botox® constituye una herramienta terapéutica mínimamente invasiva con una relación coste-efectividad muy interesante.

“Los urólogos hemos adquirido mayor experiencia y destreza en la técnica de aplicación y hemos comprobado que se pueden repetir los tratamientos sin restar efectividad, por lo que estimamos un crecimiento en el uso de la toxina en los próximos años debido a su perfil de seguridad”, concluye.

Por su parte, el Dr. Anthony Ward predice el futuro a corto plazo de Botox® de acuerdo con la práctica clínica que se realiza a diario: “La toxina se utilizará en dosis más altas para conseguir mayores resultados terapéuticos, ya que se está viendo que, además de ser un fármaco muy coste-eficaz, es altamente seguro y con escasos efectos secundarios, y por ello seguramente se amplíen sus indicaciones a más enfermedades”.