La Asociación Española para la Salud Sexual (AESS) quiere llamar la atención en el Día Europeo de la Salud Sexual –que se celebra cada 14 de febrero- sobre la relación existente y no siempre conocida por el varón entre los trastornos de la próstata y de la erección, así como animarles a que no se conformen a perder su actividad sexual debido a la coexistencia de estos trastornos.

La Asociación Española para la Salud Sexual (AESS) se suma así a la iniciativa de la Alianza Europea para la Salud Sexual (ESHA) de celebrar Campañas de Concienciación de Salud Sexual en torno al día de San Valentín, con el objetivo de resaltar los problemas sexuales que padecen muchos hombres y mujeres en Europa.

El presidente de la AESS, el Dr. Ignacio Moncada, explica que “tanto los urólogos como los andrólogos nos encontramos muchas veces en nuestras consultas que el hombre que acude en busca de una solución para sus problemas de próstata termina reconociéndonos cuando le preguntamos directamente que, además, sus erecciones ya no son como las de antes y que la frecuencia de las relaciones sexuales con su pareja han disminuido”.

Este “emparejamiento” entre las enfermedades de la próstata y los trastornos de la erección viene avalado por diversos estudios realizados en España. Así, por ejemplo, de los pacientes que finalmente que se someten a cirugía como opción terapéutica frente a su hiperplasia benigna de próstata (HBP, un crecimiento benigno de hasta un 20% del tamaño de esta glándula), casi el 70% sufre también disfunción eréctil.

Ello se debe, tal y como se ha demostrado, a que a mayor gravedad en los síntomas por sufrir hiperplasia benigna de próstata –cuyos síntomas principales son la dificultad a la hora de orinar, necesidad de ir más seguido al baño o la sensación de no vaciar la vejiga, entre otros- mayor probabilidad de sufrir disfunción eréctil y disfunción eyaculatoria.

Las últimas investigaciones científicas señalan que esta relación entre ambas patologías puede deberse a cambios en la vascularización. Es decir, a una disminución del flujo sanguíneo  arterial y de la irrigación en la próstata, el pene y la vejiga.

“Se está comprobando que esta relación que vemos nosotros en las consultas puede deberse a que existe una causa fisiopatológica común y que no se debe solo a la edad, como piensan muchos de nuestros pacientes”, añade el Dr. Moncada. “De hecho, por asociarlo a la edad, se resignan a perder su nivel de actividad sexual”.

Además, desde la AESS se anima a que todo aquel varón que tenga dudas sobre su estado de salud urológica y sexual a que consulte con su médico. La visita con el especialista va a ser crucial para asegurarse una correcta evaluación con las pruebas pertinentes, y en base a ello determinar el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento. Lo que repercutirá tanto en una mejoría en las enfermedades de la próstata como en la actividad sexual del varón.

 

Fuente: Cícero Comunicación