La salud de los pies de los niños es fundamental para el correcto desarrollo de su aparato locomotor. Por esta razón y con motivo de la vuelta al cole, que muchos padres aprovechan para comprar el nuevo calzado escolar, desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) se recomienda realizar una revisión de éstos para comprobar que no existe ninguna anomalía y, si la hubiera, tratarla antes de que derive en problemas mayores.

Cuidar la salud de los pies de los niños es clave porque están en edad de crecimiento y pueden generar problemas en otras partes del cuerpo como, por ejemplo, las piernas y la espalda. En este sentido, es fundamental que periódicamente sean controlados por un podólogo”, ha declarado Alfredo Martínez, presidente del ICOPCV.

Cuando presentan anomalías en los pies es común que caminen de forma extraña, adopten malas posturas o, incluso, que no quieran practicar deporte, correr o jugar. Por eso es fundamental tratarlas rápidamente y así evitar consecuencias graves que afecten al aparato locomotor. Aunque algunas anomalías son habituales a determinadas edades, otras requieren tratamiento, por lo que es importante acudir al podólogo.

Las consultas más comunes son el pie plano (el pie presenta nada o casi nada de puente), cavo (pie con exceso de puente), cuando el pie tumba hacia dentro y es un retropié valgo o, por el contrario, tumba hacia fuera y presenta un retropié varo, el equino y el antepié aducto:

  • Pie plano: puede causar cansancio al caminar o dolor en la planta del pie y requiere el uso de plantillas para normalizar la marcha de los más pequeños y evitar estas molestias. En el caso de los llamados “pies planos patológicos”, que aparecen a partir de los 8 años y que limitan la movilidad y producen dolor, pueden requerir cirugía.
  • Antepié aducto: esta anomalía se produce cuando la mitad anterior del pie mira hacia dentro. Está causado por una malformación de origen congénito o por una mala posición en el útero. Aunque normalmente se endereza solo, puede requerir algún tratamiento especial que variará en función del grado y que puede ir desde el uso de calzado especial o utilización de correctores nocturnos hasta cirugía.
  • Pie cavo: en el caso de los pies con mucho puente es conveniente el uso de plantillas para acomodar las partes blandas y eliminar puntos de presión, que pueden resultar especialmente incómodos a la hora de hacer deporte. En los casos con deformidad progresiva o con dolor, debe descartarse una patología neurológica subyacente. Si la malformación es muy acusada se puede operar.
  • Pie varo: se da cuando el talón del niño se apoya por la parte externa, lo que requiere plantillas para corregir la pisada. Se asocia al pie cavo.
  • Pie equino: también es necesario utilizar plantillas cuando los niños sólo apoyan las puntas de los pies y no llegan a asentar el talón en el suelo. No se debe confundir con la tendencia transitoria de algunos niños de andar de puntillas, tendencia que desaparecerá y no puede persistir pasado los tres años de edad.
  • Pie valgo: se da cuando el pequeño apoya los pies sobre la parte interna del talón y el tobillo se va hacia dentro. Es habitual hasta los 3 años, pero si persiste más allá de los parámetros no fisiológicos, a partir de esta edad se debe corregir con plantillas.

Junto a esto, el ICOPCV recomienda escoger un calzado que sujete correctamente el pie, que sea flexible pero q tenga el contrafuerte duro y que esté fabricado en materiales naturales para favorecer la transpiración del pie, en definitiva, que respete la biomecánica y la morfología  del pie.