Novartis ha anunciado que los nuevos datos presentados en la reunión conjunta de ACTRIMS-ECTRIMS en Boston, EEUU, refuerzan la importancia clínica de medir la atrofia cerebral (pérdida de volumen cerebral) en la esclerosis múltiple (EM). Se confirmó la relación entre el índice de atrofia cerebral y un mayor riesgo de avance de la discapacidad a largo plazo en pacientes con EM. En datos combinados del estudios principal o core y de extensión fase III FREEDOMS, los pacientes se dividieron en cuatro grupos (cuartiles) en función del promedio de cambios en el volumen cerebral desde el principio del estudio hasta el segundo año. El análisis mostró que el 24,2% de los pacientes con mayor índice de atrofia cerebral en 2 años presentaba un avance de la discapacidad confirmada a los seis meses en cuatro años, comparado con el 15,4% de los pacientes con menor índice de atrofia cerebral (p=0,018).

Un análisis individual del estudio de extensión de seguimiento a largo plazo LONGTERMS demostró que el índice de atrofia cerebral en pacientes tratados con Gilenya® (fingolimod) se mantenía a lo largo del período de seis años, entre el 0,33% y el 0,46%. En líneas generales, este es el rango que uno espera encontrar en personas sin EM, mientras que el índice habitual de atrofia cerebral que sufren los pacientes de EM suele ser del 0,5% al 1,35% al año.

“Novartis se ha comprometido a generar datos que le permitan a la práctica científica y clínica avanzar para mejorar los resultados en pacientes. Dichos hallazgos refuerzan el vínculo entre la atrofia cerebral y el avance de la discapacidad a largo plazo, respaldando la importancia de la atrofia cerebral en personas con EM”, dijo Vasant Narasimhan, Director Global de Desarrollo de Novartis Pharmaceuticals. “Los nuevos datos que muestran índices bajos sostenidos de atrofia cerebral en pacientes de EM tratados con Gilenya® son reconfortantes, dado el carácter debilitante de la enfermedad”.

El índice de atrofia cerebral en personas con EM va de tres a cinco veces más rápido que en personas que no padecen la enfermedad y dicha pérdida es irrecuperable. La atrofia cerebral puede empezar pronto, a menudo no se manifiesta y se asocia a la pérdida de funciones físicas y cognitivas (como la memoria) en pacientes de EM.

Los análisis de los datos combinados del estudio básico y de extensión fase III FREEDOMS demostraron que, al margen del tratamiento recibido, la atrofia cerebral estaba relacionada con el futuro avance de la discapacidad a largo plazo.

 

Fuente: Tinkle